Philippe Evon, Ingeniero investigador al CATAR CRITT Agroressources y al LCA (Laboratoire de Chimie Agro-Industrielle de l’ENSIACET), lleva más de 11 años investigando en la elaboración de biopolímeros. Discusion con un socio clave en la elaboración de biomateriales para el proyecto BIOPLAST.

Puedes contarnos tus trabajos de investigación?

Desde mi tesis, hace 15 años, trabajo en la elaboración de biopolímeros y biocomposites, por inyección, extrusión (etc.) con equipos de investigación o maquinas industriales. Mi experiencia me ha llevado a colaborar en muchos proyectos, incluido el proyecto BIOPLAST en el que, con CATAR CRITT Agroressources, estamos trabajando en el desarrollo de bioplásticos a base de PHAs. Nuestra experiencia se centra en la extracción de lípidos que se utilizarán para la producción de PHAs y la elaboración de productos. Después del estudio de los yacimientos agrícolas, identificamos e integramos las cabezas de girasol por su contenido residual en aceite y la paja de cebada por sus fibras.

Por qué elegir estas materias primas agrícolas?

Intentamos elaborar productos con la filosofía del proyecto BIOPLAST, circuitos cortos, coherentes en cuanto a su producción pero sobre todo rentables para una granja. Las cabezas de girasol son residuos agrícolas. Nos imaginamos que la explotación de las cabezas de girasol, ampliamente presentes en nuestros territorios, dejaría un buen potencial para la extracción de aceite. Teníamos razón. Nuestras investigaciónes han demostrado la viabilidad técnica pero también el interés de la explotación de este material.

Para la fibra de cebada, se trataba de explotar un material capaz de mejorar las propiedades mecánicas de los bioplásticos, pero también de reducir su costo de producción. Cuando agregamos 30% de paja de cebada, que no cuesta casi nada en el mercado en comparación con el precio de los PHAs, es lo mismo que ahorramos. Ya hemos dividido el coste de producción por dos y continuamos nuestros experimentos para obtener los mejores ratios. Aún deberíamos poder aumentar esta rentabilidad. Si se agrega la valoración al fin de vida, estos productos empiezan a representar una alternativa muy interesante para el mercado.

Cuál es el grado de innovación en su investigación?

Es central. Los procesos y los objetivos nos obligan. Se trata de encontrar alternativas rentables a los productos plásticos comunes. Además de la innovación, tenemos en cuenta los problemas medioambientales en todos los niveles de producción, complica nuestra investigación, pero el juego merece la pena. Nuestros productos tienen una calidad medioambiental excepcional.

Por ejemplo, para el aceite de girasol, elegimos usar agua como solvente en lugar de solventes orgánicos como hexano, ciclohexano o éter, para evitar reintroducir un producto de base carbono en el proceso de producción. El resultado es una emulsión que tuvimos que aprender a tratar en una dimensión industrial.

El corazón de nuestras innovaciones esta en los procesos de producción. Operamos con un reactor de doble tornillo. Es un material bien conocido por los industriales que generalmente utilizan para la producción de pastas o granulados de plástico. En nuestra investigación se utiliza tanto para la extracción de aceites como para la desfibración de fibras en continuo, pero también para la producción de gránulados de bioplásticos. No es habitual pero bastante funcional. Este proceso también nos permite mejorar la rentabilidad de equipos caros. Un reactor de doble tornillo puede costar 500,000 euros, es un costo que debe ser rentable cuando uno eres un industrial.

Vuestras investigaciónes se están acercando al mercado, ¿cuál es vuestra relación con el mundo industrial?

Como ingeniero de investigación, me preocupan los problemas tanto científicos como industriales. En el laboratorio, tenemos una buena cultura en ambas áreas que nos permite evaluar en cada etapa de investigación la dimensión industrial a implementar y considerar los problemas de rentabilidad, productividad o transferencia. Junto con la consideración de los problemas ambientales, esta cultura nos ofrece un notable potencial de innovación que se ilustra cada día en los procesos que implementamos.

Para ti, ¿cuál es el interés del proyecto BIOPLAST?

Como ha visto, el proyecto se posiciona exactamente en el centro de nuestras preocupaciones. Al buscar soluciones pragmáticas para resolver el uso excesivo de plásticos, promoviendo circuitos cortos y centrándonos en un sector profesional definido, llegamos a identificar y crear soluciones perfectamente adaptadas a las necesidades. Esta es una oportunidad para avanzar en la ciencia, la tecnología, pero especialmente para crear soluciones que sean explotables directamente por los agricultores o la industría del plástico.
¡Es un placer colaborar!